Hace unos años, si decías “plant-based” en una reunión de estrategia, te miraban como si acabaras de salir de un retiro espiritual de permacultura. Hoy, el término se pasea con orgullo por los pasillos de las grandes superficies, las startups de foodtech y, por supuesto, los timelines de Instagram.
Pero, ¿qué hay detrás de esta etiqueta que promete salvar el planeta, los animales y, de paso, nuestra digestión?
Plant-based no es solo una dieta. Es un concepto-paraguas que abarca nutrición, sostenibilidad y una visión ética del sistema alimentario. Lo que antes era “comida de raritos” ahora se ha convertido en el futuro de la industria alimentaria… y de la comunicación de marca.
De la emergencia climática al lineal del súper
En las recientes Jornadas Plant-Based quedó claro que el cambio no es opcional. Es cuestión de supervivencia. La propuesta divulgativa ha sido organizada por Aleris Academia, de la que es Director Aitor Sánchez Midietacojea, con el que colaboramos en la campaña de Secanos Vivos para SEO Birdlife.
Las cifras son un puñetazo en la conciencia colectiva: la ganadería industrial representa cerca del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. ¿Solución? Multiplicar las opciones vegetales, hacerlas asequibles y normalizar su consumo.
Pero ojo, que no se trata solo de cambiar la proteína animal por la de guisante con envoltorio cool. Va de repensar de raíz la relación entre la agricultura, el comercio y nuestro plato.
Ya sabemos que el cambio climático no es una hipótesis. Es una realidad que ya está reventando la puerta. Y no, no va a pedir permiso para entrar.
El papel de las empresas: menos greenwashing y más compromiso real
Uno de los debates más jugosos de estas jornadas fue el papel de las empresas en esta transición. No basta con sacar un par de productos veganos para quedar bien en LinkedIn. Las marcas que quieran jugar en serio en la liga plant-based tendrán que ir más allá del postureo:
- Democratizar los precios.
- Sostener la producción local y regenerativa.
- Acompañar al consumidor con información clara y veraz.
Pequeños proyectos que estaban presentes, como comercios de alimentación especializada, demostraron que se puede hacer bien: producto de calidad, narrativas honestas y mucha pedagogía.

Tendencias de consumo plant-based: el futuro que ya está en tu mesa
Los números hablan más claro que cualquier eslogan. Según datos de The Smart Protein Project, un estudio europeo de referencia, el consumo de alimentos plant-based creció más de un 49% entre 2018 y 2020, y sigue disparado. La inversión en startups de alimentación vegetal y foodtech no deja de batir récords. Marcas como Heura, La Carleta o Alpro, que participaron además en una mesa debate de las jornadas, o Grin Grin, Foods for Tomorrow, etc. se han convertido en referentes de innovación, demostrando que el futuro del sector no pasa solo por lanzar un hummus más bonito, sino por repensar toda la cadena de valor.
El perfil de la persona consumidora también se ha transformado: ya no hablamos de un nicho de gente vegana militante, sino de una audiencia mucho más amplia que se define como flexitariana, preocupada por su salud y por el impacto ambiental de lo que compra. Son personas que buscan marcas con propósito real, transparencia y capacidad de autocrítica. Si tu empresa quiere conectar con ellas, necesitará algo más que una etiqueta verde.
Sin duda, desde el desarrollo de productos más sostenibles hasta experiencias gastronómicas que cuenten historias auténticas, el reto es hacerlo sin caer en el greenwashing y con un compromiso que vaya más allá de la foto de LinkedIn.
El reto comunicativo: contar historias que importen
Aquí es donde agencias como Implícate nos ponemos el delantal (vegano) y la cámara. Porque este movimiento necesita relatos que emocionen, campañas que vayan más allá del claim de turno y contenidos que pongan cara a quienes producen, investigan y consumen.
La alimentación basada en plantas es un terreno fértil para:
- Vincular la salud con la sostenibilidad.
- Mostrar impactos ambientales positivos con datos y testimonios reales.
- Romper tópicos y democratizar el acceso a un estilo de vida más consciente.
Y sí, hacerlo con un poco de humor. Porque si algo quedó claro en este congreso es que tomarse en serio el futuro del planeta no significa que tengamos que dejar de reírnos (ni de comer bien).
¿Y ahora qué?
En Implícate llevamos años produciendo contenido y estrategias para proyectos que mezclan innovación social, cultura y sostenibilidad. Y ahora también exploramos los retos de la comunicación plant-based, ese espacio donde ética, alimentación y narrativa se cruzan para cambiar el relato.
Si formas parte de una empresa, cooperativa o proyecto que está apostando por esta transformación, hablemos. Quizá juntas podamos contar esa historia que, además de likes, genere cambios reales.